Por Carlos Rivero
El voto es un mecanismo de participación ciudadana que el
pueblo de una nación puede utilizar para ejercer el derecho al sufragio. El
voto es, ante todo, un acto personal y de voluntad política; además, es un
derecho y un deber de todos los ciudadanos. La importancia del voto radica en
su naturaleza de recurso para definir los caminos a seguir por parte de una
comunidad, incluidos grupos reducidos o también grandes regiones
administrativas, como los municipios, las provincias o el Estado nacional.
En Venezuela para el
año 1947, fue promulgada la primera
constitución de verdadero corte democrático, ya que en ella se establecía por
primera vez la elección libre directa y universal, estableciendo por primera
vez en una constitución venezolana el voto femenino, el de los analfabetos y
todos los mayores de 18 años.
En la actualidad, es muy común escuchar o leer que hay que
defender el voto por la imparcialidad del CNE y hay que exigirle nuestros
derechos ciudadanos de elegir nuestros gobernantes cuando las leyes nos lo
permita, pero realmente estamos escogiendo quienes dirigirán las políticas
públicas para el bienestar del pueblo o estamos siendo llevados como borregos a
la que la minoría desea como único fin de mantener o tomar el poder.
Por tanto, me pregunto ¿Cuándo se empieza a defender el
voto? Estoy convencido que desde el mismo momento que los candidatos son
escogidos unilateralmente por los partidos políticos, nos empiezan a robar el
voto.
Debemos empezar a aprender a elegir candidatos con el
suficiente currículo moral, formativo y
de experticia en el campo que va a desempeñar, hasta cuando voy a ver personas con poca
capacidad desempeñando cargos de gran
importancia para el lamento futuro de las mayorías, Ing. eléctricos en
finanzas, arquitectos en educación, médicos en energía y los peores sin el
menor menosprecio bachilleres como alcaldes, gobernadores o presidente. Aprendiendo
a elegir presionaremos a los partidos políticos a buscar los líderes más
capaces y no aquellos que griten más duro u ofendan más.
El país no merece seguir siendo dirigida por incapaces, pero
gran parte de esa culpa es nuestra, por la poca capacidad que hemos adquirido
durante este período democrático de saber escoger los candidatos más capaces y
nos hemos dejado llevar por los consejos de esa minoría parasitaria que les
encanta el poder para seguir sustrayendo los recursos de la nación para el
bienestar propio, enriqueciéndose rápidamente de la noche a la mañana, no
podemos seguir permitiendo que esto continúe y la única salida es aprender a
votar.
EL VOTO ES NUESTRO DERECHO PERO TAMBIÉN ES NUESTRO DEBER
PARA UNA MEJOR VENEZUELA
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