Por Carlos Rivero
Para el año 2007 ante la amenaza de hiperinflación y la poca
estabilidad económica, aparte del manejo de mucho efectivo motivado a las
constantes devaluaciones, el presidente de turno el líder y promotor del modelo socialista,
promulgo la eliminación de tres ceros de la moneda nacional, anunciando con
bombos y platillos el nacimiento del Bolívar Fuerte desde el 2008, moneda que venía
a minimizar todas las problemáticas antes mencionadas. Esta moneda daría paso
ante las medidas económicas tomadas a una divisa más competitiva a nivel
global.
Los años han pasado y todo aquello que costaba millones y pasaron
como era lógico a costar miles, ahora vuelve a costar millones producto de las
malas políticas hechas por el heredero del mismo modelo socialista del siglo
XXI, el actual presidente Nicolás Maduro.
No contento con esto el salario de los trabajadores y trabajadoras
quedaron rezagados, y actualmente comparándolo con la región es uno de los más
bajos.
Hoy día según cifras oficiales la cesta básica ronda los
600.000 Bs suma muy difícil de alcanzar por el salario mínimo integral que está
por debajo de los 90.000 Bs. Para una familia humilde donde ambos padres
trabajen y por lo menos un hijo, se le haría cuesta arriba tener las 03
comidas, pagar alquiler y medicinas. Los números no dan y ni con los CLAP ayudan a alcanzar la cesta básica.
Dentro de poco no me asombraría que vuelvan a eliminar más ceros
y la creación del Bolívar extra fuerte o
cualquier locura que procuren defender lo indefendible, que no es más que nos
llevaron al más nefasto camino económico y si seguimos este modelo socialista
del siglo XXI, vamos a la hambruna más horrenda vivida por este gran país.
Reconozcamos errores y sigamos un modelo económico distinto,
donde se respete la propiedad privada, se estimule la producción nacional, transformación
de nuestra materia prima en productos de calidad internacional, estimulación
del sector agrícola principalmente para el autoabastecimiento y seguridad
alimentaria, con esto nos convertiríamos en un país con indicadores positivos
que atraerían la inversión extranjera, dinamizando así la ya destruida economía
nacional.
EL PROBLEMA NO ES EL PUEBLO, EL PROBLEMA SON NUESTROS
GERENTES QUE NO DAN LA TALLA A ESTE GRAN PAÍS, LLAMADO VENEZUELA…
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