Una decisión inmadura
Fuente: Vladimir Villegas 19-12-2016
Archivo/Referencial
Lo dijimos hace una semana. No
solo nosotros, muchos venezolanos alertaron sobre la peligrosa improvisación
que a todas luces se desprendía de la decisión de sacare de circulación en
apenas días a los billetes de cien bolívares. En nombre de la lucha contra
mafiosos dedicados a operaciones delictivas con el papel moneda se puso a parir
a media Venezuela, y, como era de esperarse, se prendió la cande lista en buena
parte del país.
Muertos, detenidos, saqueos y
destrozos de bancos y otros comercios fue el saldo de esa
"revolucionaria" medida. El país pasando aceite en plenos días
navideños y al gobierno se le ocurre ese aguinaldo de poner a correr a la
población para deshacerse de los benditos billetes de a cien, bajo la promesa
de que el día 15 de diciembre ya estarían en circulación los nuevos de 50, 500,
2.000 y 20.000 y las monedas que sustituirían al condenado a desaparecer. ¡Pero,
oh sorpresa! , los billetes no llegaron a tiempo. Que buena broma con este
pobre gobierno. Todo el mundo confabulado en su contra...
¿Pagaron a tiempo el encargo de
fabricar los billetes, o quedaron debiendo como dicen las malas lenguas? ¿Por
eso no han llegado completos los billetes que debían estar en circulación desde
el jueves pasado? Más allá de la duda, no deja de sorprender la tremenda metida
de pata de sacar de circulación los billetes de cien sin que llegaran sus
sustitutos. Y como si fuera poco, y con aires de mariscal victorioso, el
Presidente anuncia que ya no serán diez sino cinco los días para cambiar en el
Banco Central de Venezuela, sedes de Maracaibo y Caracas, lo que no se pudo
depositar en la banca pública y privada. ¿Será que alguien le dijo al Jefe del
Estado que tiene exceso de capital político y apoyo para derrochar de esa
manera?.
¿Nadie en su entorno fue capaz de
decirle que podía pasar lo que efectivamente pasó, que la gente salió a drenar
su indignación por la manera brutal como se ejecuta una medida equivalente a
bombardear un hospital para capturar un delincuente escondido en uno de sus
pasillos? ¿O hay un cálculo deliberado de cotizar el país para avanzar con
otras decisiones aun más draconianas? Ya uno no encuentra qué creer, pero
vivimos tiempos muy peligrosos en los cuales, además de las medicinas, los
alimentos y el dinero, también escasea la cordura, sobre todo en los predios
del poder, donde deberían tener un buen inventario de ese producto tan
necesario en un país que viene palo abajo.
Hay que ponerse en el pellejo de
una población que ha sido castigada duramente por las consecuencias de una desastrosa
y empobrecedora política económica y que cada día pasa más trabajo para vivir
en medio de una inflación que no cesa. No justifico los actos de violencia, de
quema de instituciones bancarias y saqueo de comercios, pero se trata del mismo
pueblo que reaccionó durante el caracazo. Ese mismo que el propio liderazgo
chavista ha reivindicado durante todos estos años, y que reaccionó frente a un
estado de cosas inaguantable. La rabia es la misma. Y el poder termina actuando
de la misma manera, llamando conspiradores a gente que no ha sido respetada en
sus derechos y en su dignidad, que ha sido abusada y humillada.
El gobierno, aunque no lo admita,
tuvo que retroceder ante la ira popular. Postergó para el 2 de enero la muerte
del billete de cien, el cual ya venía desahuciado desde hace tiempo como
consecuencia de las sucesivas devaluaciones de hecho. Pero se ha quebrado la
confianza en el sistema monetario. Ya sabemos que no hay límites a la hora de
experimentar cualquier locura disfrazada de política económica. ¿Habrá sido
otra idea del importado del Podemos español que nos tiene de conejillos de
indias?.
No sé si es una travesura de la
historia que el día 17 de diciembre, aniversario del fallecimiento del Padre de
la Patria, el país viviera la tensión producida por el empeño de sacar de
circulación a troche y moche los billetes con el rostro de Bolívar. A eso
agreguémosle que Ciudad Bolívar fue uno de los focos de la protesta .Nuestro
signo monetario, debilitado y desprestigiado como nunca, es reflejo del fracaso
al cual llevaron al proyecto bolivariano.
En otras palabras, han disminuido
hasta la insignificancia nuestra moneda. Nunca el nombre de nuestro Libertador
se había asociado de esa manera al desespero de la población. Cada día menos
venezolanos creen en el argumento de la guerra económica. Y crece el número de
quienes creen que la guerra es del gobierno contra una ciudadanía harta de esa
manera de gobernar. Ponga oído en tierra, señor Presidente.
Una decisión
inmadura http://globovision.com/article/una-decision-inmadura#.WFsdTnXAD_M.twitter
0 comentarios:
Publicar un comentario