El sueño revolucionario inoculado a través de falsas promesas, verbo lleno de mentiras y discursos sin ningún fundamento de futuro promisorio, es lo que realmente está viviendo tristemente el Venezolano, que se caso con una idea de aquellos golpistas cansado de corrupción que al final del camino demostraron ser más de lo mismo.
Frustrados quedaron aquellos que persiguieron el ideal socialista y humanista, con ansias de un futuro mejor para las próximas generaciones; pues, las mascaras cayeron y se observo el verdadero rostro lleno de hambre de poder, protagonizado por esta pequeña cúpula de vampiros que están desangrando nuestra patria.
Tristemente, tuvimos que vivir las largas colas, desabastecimiento alimenticio y de medicinas, nuestros jóvenes huyendo traspasando las fronteras en búsqueda de un futuro mejor, los indicadores de calidad educativa por el sótano, los servicios de mal en peor sobre todo el de salud, para despertar a la fuerza de este letargo convertido en pesadilla. Quien diría, que el país que una vez fue considerado la Arabia Saudita de América, llegaría a estos niveles de pobreza extrema donde nuestros compatriotas hasta tienen que buscar comida, en tal vez, los desechos de los nuevos ricos o boliburguesía.
En nosotros esta la manera democrática de acabar con el poco residuo de este mal sueño y perseguir no fantasías, sino planes reales producto del sacrificio, dirigidos por profesionales capaces en cada una de sus áreas de fortaleza, sostenible en el tiempo, para lograr un país con mejores indicadores sociales para en bienestar común.
DIOS NOS AYUDE A ACABAR CON ESTA PESADILLA !!!
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