Por: Carlos J. Medina M.
Por primera vez en mucho tiempo me resulta difícil escribir en este día de tan especial celebración como lo es el Día de las Madres. Por más que intento centrarme, una tristeza muy grande me embarga al punto de no permitir hilvanar ideas para mi escrito de hoy. Y es que es muy difícil celebrar cuando hay tantos hogares Venezolanos de luto por culpa de este régimen. Es muy difícil celebrar cuando aún no se ha secado de las calles de nuestro país la sangre de nuestros hermanos ASESINADOS POR ESTE REGIMEN, por el solo hecho de pensar distinto y de querer construir UNA MEJOR VENEZUELA.
Es muy difícil ver a los ojos a mi Madre y a cualquiera de las Madres de mi familia o a las Madres vecinas, y no ver en ellos el dolor que las embarga por tantos inocentes caídos durante los últimos días. Andrés Eloy Blanco en su poema LOS HIJOS INFINITOS dice: “Cuando se tiene un hijo, se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera, se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga y al del coche que empuja la institutriz inglesa y al niño gringo que carga la criolla y al niño blanco que carga la negra y al niño indio que carga la india y al niño negro que carga la tierra.
Por primera vez en mucho tiempo me resulta difícil escribir en este día de tan especial celebración como lo es el Día de las Madres. Por más que intento centrarme, una tristeza muy grande me embarga al punto de no permitir hilvanar ideas para mi escrito de hoy. Y es que es muy difícil celebrar cuando hay tantos hogares Venezolanos de luto por culpa de este régimen. Es muy difícil celebrar cuando aún no se ha secado de las calles de nuestro país la sangre de nuestros hermanos ASESINADOS POR ESTE REGIMEN, por el solo hecho de pensar distinto y de querer construir UNA MEJOR VENEZUELA.
Es muy difícil ver a los ojos a mi Madre y a cualquiera de las Madres de mi familia o a las Madres vecinas, y no ver en ellos el dolor que las embarga por tantos inocentes caídos durante los últimos días. Andrés Eloy Blanco en su poema LOS HIJOS INFINITOS dice: “Cuando se tiene un hijo, se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera, se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga y al del coche que empuja la institutriz inglesa y al niño gringo que carga la criolla y al niño blanco que carga la negra y al niño indio que carga la india y al niño negro que carga la tierra.
Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños, que la calle
se llena, y la plaza y el puente, y el mercado y la iglesia, y es nuestro cualquier
niño cuando cruza la calle, y el coche lo atropella, y cuando se asoma al
balcón, y cuando se arrima a la alberca;, y cuando un niño grita, no sabemos, si
lo nuestro es el grito o es el niño, y si le sangran y se queja, por el momento
no sabríamos, si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra.
Cuando se tiene un hijo, es nuestro el niño, que acompaña a
la ciega, y las Meninas y la misma enana, y el Príncipe de Francia y su
Princesa, y el que tiene San Antonio en los brazos, y el que tiene la Coromoto
en las piernas.
Cuando se tiene un hijo, toda risa nos cala, todo llanto nos
crispa, venga de donde venga. Cuando se tiene un hijo, se tiene el mundo
adentro, y el corazón afuera.
Y cuando se tienen dos hijos, se tienen todos los hijos de la
tierra, los millones de hijos con que las tierras lloran, con que las madres
ríen, con que los mundos sueñan, los que Paul Fort quería con las manos unidas,
para que el mundo fuera la canción de una rueda, los que el Hombre de Estado,
que tiene un lindo niño, quiere con Dios adentro y las tripas afuera, los que
escaparon de Herodes para caer en Hiroshima, entreabiertos los ojos, como los
niños de la guerra, porque basta para que salga toda la luz de un niño, una
rendija china o una mirada japonesa.
Cuando se tienen dos hijos, se tiene todo el miedo del
planeta, todo el miedo a los hombres luminosos, que quieren asesinar la luz y
arriar las velas, y ensangrentar las pelotas de goma, y zambullir en llanto
ferrocarriles de cuerda.
Cuando se tienen dos hijos, se tiene la alegría y el ¡ay! del
mundo en dos cabezas, toda la angustia y toda la esperanza, la luz y el llanto,
a ver cuál es el que nos llega, si el modo de llorar del universo, el modo de
alumbrar de las estrellas”.
Es muy difícil
sentarse en la mesa de cualquiera de nuestros hogares y ver como las madres de
nuestras familias y de nuestro entorno buscan entre sus hijos, a los hijos de sus
hermanas, a los hijos de sus hijas, a los hijos de sus vecinos, a los hijos caídos durante estos últimos días. Hasta ayer
se contabilizaban por decenas los hijos que no estarán hoy celebrando con sus
madres, hermanos y familiares en este día tan especial. Me resisto a hablar de
los caídos en una forma numérica. Hablar de solo uno ya es malo, ya que estoy
seguro de que por ese solo, son millones y millones las Madres Venezolanas y
del mundo que lloran desconsoladamente por su partida.
Como manera de hacerles honor y de honrar su lamentable e
injusta partida, propongo nombrarlos a
todos, nombre a nombre como se lo merecen, como se hace con los valientes, con
los héroes, de resto no me quedaría tranquilo, sentiría que les estoy fallando
tanto a ellos, como a sus madres y a nuestra madre Venezuela. Solo pido que a
medida que vayamos leyendo sus nombres recemos un padre nuestro y un ave maría
por ellos, muchos pensaran que es mucho, al contrario pienso que es poco en
pago por haber dado sus vidas y parte de la vida de sus madres y de sus familiares
por nuestro futuro y por nuestra libertad.
Por: Jairo Johan Ortiz Bustamante, Daniel Alejandro Queliz Araca,
Miguel Ángel Colmenares, Brayan Principal, Gruseny Antonio Calderón, Carlos
José Moreno, Paola Andreina Ramírez Gómez, Niumar José San Clemente Barrios,
Mervins Fernando Guitian Díaz, Ramón Martínez, Kevin Steveen León Garzón,
Francisco Javier González Núñez, William Heriberto Marrero Rebolledo, Robert
Joel Centeno Briceño, Jonathan Meneses, Elio Manuel Pacheco Pérez, Stivenson
Zamora, Jairo Ramírez, Yorgeiber Rafael Barrena Bolívar, Kenyer Aranguren,
Albert Alejandro Rodríguez Aponte, Manuel Pérez, José Ramón Gutiérrez, Ángel
Lugo Salas, Estefany Tapias, Natalie Martínez, Almelina Carrillo Virguez, Renzo
Rodríguez Roda, Jesús Sulbarán, Luis Alberto Márquez, Johan Medina, Christian Humberto
Ochoa Soriano, Juan Pablo Pernalete Llovera, Eyker Daniel Rojas Gil, Carlos
Eduardo Aranguren Salcedo, Yonathan Quintero, Ángel Enrique Moreira González,
Ana Victoria Colmenares de Hernández, María de los Angeles Guanipa Barrientos,
Armando Cañizales Carrillo, Jesús Asdrúbal Sarmiento, Hombre sin identificar:
murió electrocutado en medio de un intento de saqueo en el negocio
CeramiHierro, ubicado en la avenida Enrique Tejera del sector El Prado de
Valencia, confirmaron fuentes policiales. El hombre no tenía identificación,
Gerardo Barrera, Luis Eloy Pacheco, Daniel Gamboa, Carlos Mora, Hecder Lugo Pérez,
Miguel Joseph Medina Romero, Anderson Enrique Dugarte, Miguel Fernando Castillo
Bracho. Para todos ellos que brille la luz perpetua y que descansen en paz. Amen...
Para finalizar como sencillo homenaje a nuestra Madre y a las
Madres de estos hermanos caídos, quiero dejarles una adaptación que hice al
poema “SKY” del escritor Indígena Cristian David Lopez, el cual significa MADRE
en mi Lengua Originaria Guaraní: HIJOS: dibujo sus ojos, y las madres miran. Hijos,
dibujo sus bocas, y las madres sonríen. Hijos, escribo sus nombres, y las
madres lloran. Hijos, Gracias por su amor, gracias por su valentía, gracias por
haber sido nuestros hijos. Dios los bendiga a todos. Muy pronto veremos sus sueños
hechos realidad. Pronto, muy pronto veremos la construcción de LA MEJOR VENEZUELA
por la cual ustedes dieron sus vidas. Que Dios los bendiga hijos...
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